Nuestro equipo de Pagoa Consultoras lleva ilusión y esperanza a los niños y niñas afectados por la DANA en Valencia

En medio del espíritu navideño, nuestro equipo de Pagoa Consultoras ha demostrado que la magia de la Navidad no solo se encuentra en los regalos, sino en los gestos llenos de humanidad y solidaridad.

Durante diez días, nuestras oficinas se transformaron en un auténtico taller de elfos, donde vecinos, clientes, amigos y familias unieron fuerzas para recoger juguetes, envolverlos con cuidado y prepararlos para una misión única: llevar ilusión a los niños de Paiporta, Sedaví y Catarroja, quienes lo han perdido todo tras la devastadora DANA.

 

De la montaña al barro, con el corazón lleno

En un giro inesperado, el equipo de Pagoa Consultoras decidió cambiar sus planes de esquiar en la montaña por una aventura solidaria en Valencia. “Sabíamos que no sería un viaje fácil, pero también que era lo correcto”, comentaba Roberto Gil, jefe de operaciones y el artífice de esta iniciativa.

Con más de 1.000 paquetes cargados en las furgonetas, nuestro equipo salió con una misión clara: devolver la sonrisa a los más pequeños y recordarles que no están solos.

 

Paiporta: cuando los deseos de los niños te rompen el alma

La primera parada fue Paiporta, donde el equipo vivió uno de los momentos más emotivos del viaje. Entre risas y regalos, conocieron a Mateo, un niño que no pidió juguetes a Papá Noel. En su carta, solo escribió: “Que todo vuelva a ser como antes.” Su madre, con lágrimas en los ojos, expresó lo que todos sentían: “Se nos derrite el corazón.” Y es que hay emociones que no se pueden describir.

 

Sedaví: pequeños elfos, grandes lecciones

En Sedaví, el sábado por la mañana, la solidaridad no solo se vio en los adultos. Los hijos de una socia, de tan solo nueve años, repartieron juguetes durante 8 largas horas, demostrando que el espíritu navideño no entiende de edad. “Ellos nos enseñaron que la generosidad se aprende con el ejemplo”, nos decía una voluntaria.

 

Catarroja: el poder de un gesto sencillo

La última parada fue Catarroja, donde Ainhoa, una niña de tres años, resumió la esencia de la experiencia. En su carta escribió: “Me da igual lo que sea. Solo quiero ver a los elfos y recibir un regalito.” Ese pequeño mensaje recordó al equipo que no es el regalo en sí lo que importa, sino el amor con el que se entrega. Un mensaje muy potente que nos recuerda el porqué de todo el trabajo invertido en esta iniciativa y nos devuelve la esperanza en las personas.

 

Más que juguetes, una experiencia transformadora

“Volvemos con barro en las botas, cansados pero con el corazón lleno”, resume el equipo. Esta experiencia no solo ha sido un acto solidario, sino una lección de vida. Dar no solo transforma al que recibe, sino también al que entrega.

Desde Pagoa Consultoras agradecemos profundamente a todos los que habéis hecho que esto sea posible: desde quienes habéis donado juguetes hasta los voluntarios que dedicasteis horas de vuestro tiempo. Juntos, hemos demostrado que la verdadera riqueza se encuentra en compartir, en estar presentes y en hacer del mundo un lugar un poquito mejor.

Porque al final, dar siempre es un regalo… y no hay mayor regalo que el que todos estos niños nos han dado a nosotros con cada mirada, cada sonrisa y cada abrazo sincero. Ellos sí que son magia.